El pueblo de Escó es la historia de una expropiación en la década de los sesenta. El objetivo fue construir elembalse de Yesa, entre Navarra y Aragón. Sin embargo, Escó está en Zaragoza, comarca de Jacetania, en el límite fronterizo con el Reyno. Catalogado como pueblo abandonado, Escó contaba hasta 2010 con cuatro habitantes: Félix Guallar y sus tres hijos, pastores. Félix falleció en 2010. Algunas sequías severas, como la de 2005, mostraron lo que fueron las mejores tierras de labor del pueblo. Para la construcción del embalse también se ordenó abandonar los pueblos vecinos de Ruesta y Tiermas.
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